CANJE DE PRISIONEROS ARREGLADO
CON EL GENERAL BAZAINE
OFERTA DE ARMAS Y PLAZAS FUERTES
DEL 20 DE OCTUBRE DE 1866 AL 31
DE ENERO DE 1867.
El Mariscal Bazaine que tenia una idea exagerada del número de prisioneros
extranjeros con que contaba el General Díaz, porque no sabía a punto fijo
cuantos habían sido muertos, cuantos dispersos y cuantos prisioneros, le
propuso un canje que aceptó encomendando su estipulación, conforme a las bases
que fijo, al Coronel José María Pérez Milícua a quien servió de interprete el
frances Don Carlos Thiele, que con ese objeto avanzó hasta la capital de la
República, teniéndo lugar las conferencias para arreglar el canje en Tehuacán,
donde se detuvo al Coronel Pérez Milícua.
Después de canjeados todos los
prisioneros mexicanos que aún quedaban en poder de las fuerzas invasoras,
devolvió gratis al Mariscal Bazaine, cerca de mil prisioneros, todos
extranjeros, con la condición de que fueran inmediatamente embarcados en
Veracruz, como lo fueron en efecto.
Cuando el General Porfirio Diaz,
mandó a México a Don Carlos Thiele para arreglar el canje de prisioneros, el
Mariscal Bazaine lo autorizó para que le propusiera en venta fusiles,
municiones, vestuario y equipo, ofreciéndole esos objetos a precios
fabulosamente bajos, esto es, a peso por fusil y a peso también por vestuario
de lienzo con zapatos, lo mismo que materiales para fabricarlos, caballada ,
mulada y sus respectivas monturas y arneces, comprendió por esa oferta y por
los destrozos y rebajas a precio de ganga que el enemigo estaba haciendo de su
material, que la razón de su oferta era que no tenía vehículos para conducirlos
a Veracruz y acaso ni capacidad en su flota para embarcarlos y se negó a
comprarlos, pues teniendo que dejarlos le era más barato ocuparlos como
propiedad del enemigo, que comprarlos asi fuera aún precio tan bajo.
Entonces expidió una circular a
todas las plazas incluyendo a las ocupadas por el enemigo, en que declaraba
contrabando de guerra todos los efectos que aquel dejara en el país, ya fueran
vendidos, regalados o abandonados, e impuso una fuerte multa a sus tenedores o
encubridores, la cual seria aplicada integramente al denunciante en cada caso,
dando a ésta la mayor garantía de sigilo.
Esta circular fue
extraordinariamente fructuosa para el Ejército, al grado que le permitió
presentar al Presidente Juárez, a su arribo a la Capital, 21,000 hombres
perfectamente vestidos, armados y municionados. El Gobierno Federal, despues de
su regreso a la Ciudad de México, dictó algunas ordenes en el sentido de de
dicha circular.
Thiele, era un francés inteligente,
ilustrado, buen escritor, sereno y de iniciativa, que se le presentó al General
Díaz, en la Mixteca a mediados de septiembre de 1866 ofreciéndole sus
servicios, y por estas razones lo aceptó y lo puso en su Secretaría Particular
con el carácter de auxiliar pues el Secretario era Don Manuel Travesí. Lo
acompañó a Miahuatlán y La Carbonera. Al regresar a Oaxaca de su expedición a
Tehuantepec, lo mandó como interprete con el Coronel Pérez Milícua, y al volver
a Oaxaca y no pudiéndose entender con él, Don Justo Benitez que ya figuraba
como Secretario del Cuartel General de la Línea de Oriente, le pagó sus
honorarios y con ese dinero se fue a Guatemala, donde puso un estudio
fotográfico y murió años después.
El Mariscal Bazaine le mandó a
decir al General Díaz con Thiele, que a su salida de México, permanecería cinco
días en Ayotla, que si mientras él estaba allí, atacaba a la Ciudad de
México, le mandase a decir con Thiele el uniforme de los soldados del Gobierno,
para distinguirlos de los de Maximiliano, pues que en ese caso se proponía
regresar a la Capital con el objeto de restablecer el orden, y que todo se
arreglaría satisfactoriamente. Nuestro héroe entendió por esto que
Bazaine quería manifestarle de esta manera que le haría entrega de la Capital
de la República y acaso del mismo Maximiliano. Siempre y cuando él accediera en
recompensa a sus propósitos, de desconocer al Gobierno de Don Benito Juárez,
con el fin de que la Francia pudiera tratar con otro Gobierno, antes de retirar
sus fuerzas de suelo mexicano; pues sus palabras textuales fueron:
"Diga usted al General Díaz
que yo pagaré con usura el brillo con que nuestra bandera pueda salir de
México", no le pareció conveniente aceptar esas propuestas y así lo
manifestó a Thiele para que lo comunicara al General Bazaine.
ARMAS ENVIADAS POR NUESTRO
MINISTRO EN WASHINGTON
DEL 1o. DE OCTUBRE DE 1866 AL
31 DE ENERO DE 1867.
El objeto de la misión del Lic. Justo Benitez en los Estados Unidos, fue
para pedir recursos y elementos de guerra para hacer una campaña
fructuosa contra la intervención extranjera. La llegada de Benitez a la
Unión Américana coincidió con la aprobación de su Ministro en Washington de un
contrato celebrado por el General Don José María de J. Carvajal con los Señores
John W.Corlies y Cía. de Nueva York en virtud del cual se autorizó la emisión
de 30 millones de pesos en bonos, destinados a la compra de elementos de
guerra para utilizarse en la campaña contra el invasor. El Ministro en
Washington dió sus instrucciones, al General Hermann Sturn, nombrado por el
General Carvajal para hacer la compra de armas y otros elementos a fin de que
se comprase los artículos que el General Porfirio Díaz necesitara. Según los
informes que ministraran el Lic. Benitez y el General Don Pedro Baranda,
comisionado al efecto por el General Don Alejandro García, segundo en Jefe de
la Línea de Oriente.
El General Sturm compró un
cargamento que pasó a bordo del vapor "Vixen", en el cual vinieron a
Minatitlán los Señores Benitez y Baranda. El 9 de noviembre de 1866 se fletó el
vapor "Vixen" por el General Sturm en 600 pesos diarios pagaderos en
bonos. El dia 10 salió de Nueva York conduciéndo las armas y artículos de
guerra para la Línea de Oriente, que se pusieron a cargo del General Baranda.
El vapor se averió, y tuvo que arribar a Norfolk, Estado de Virginia, en
donde permaneció algunos días para reparar sus averías después del cual partió
para Minatitlán.
Desde que el General Díaz salió de
Oaxaca para Tehuantepec con el propósito de someter a Remigio Toledo que a la
cabeza de mil y tantos hombres ocupaba Tehuantepec, había llamado al General
Alejandro García al Cuartel General, con objeto de que informara sobre las
dificultades que tenía con algunos distritos de su línea que se le habían
puesto casi en estado de rebelión contra él y aprovechando su presencia en el
Cuartel General y para causar en el animo de los disidentes una impresión que
fuera favorable al General García, le encomendó interinamente el mando del
Cuartel General que era la Ciudad de Oaxaca y sus inmediaciones, y le
dejó instrucciones, para que continuara en la obra de organizacion de los
batallones que debían servir para la campana sobre Puebla y México, la
conclusión de las baterias que también con ese objeto había el General Díaz
comenzado a construir, así como la fabricación de municiones para las baterias
y paras las armas portatiles y de vestuario y equipo para los batallones
mencionados.
En marcha para Tehuantepec
recibió en Tlacolula un correo procedente de Acayucan que le mandaba Don Justo
Benitez, en que le avisaba que acababa de desembarcar en Minatitlán procedente
de los Estados Unidos, y que había llegado a ese puerto con una remesa de
armamento, equipo, municiones y utiles de hospital. Con este motivo mandó
a recibir esos efectos al Capitán de Ingenieros Don Lorenzo Pérez Castro con
una fuerza de Guardias Nacionales.
El General Baranda traía el encargo
de conducir dichas armas; pero como los indios de Acayucan estaban pronunciados
contra el General Garcia, ocultó su nombre y su misión y se puso bajo el amparo
del Lic. Benitez, quien afrontando la situación dijo que las armas eran para el
General Díaz y entonces los indios, lejos de oponerse a su conducción, ayudaron
a traerlas hasta Tuxtépec, recibió estas armas el General Díaz al volver de la
expedición a Tehuantepec y las utilizó en la campaña sobre Puebla y México, que
emprendió a poco.
Proximo capitulo: DON JUAN PABLO FRANCO y MARCHA SOBRE PUEBLA