domingo, julio 14, 2013

EL VALLE DE LAS MUÑECAS...


Buena las tengan todos, Starlightblue al micrófono, bueno al teclado, para traerles una investigación de lo mas absurda, pero no por mi redacción, sino por lo ilógico del caso. Vamos a ello:

Xochimilco es una de las 16 Delegaciones del D.F. se localiza en el sureste de la capital mexicana, en su territorio se encuentran  14 pueblos de herencia indígena, tiene la particularidad de que existen chinampas, consiste en una especie de balsa de armazón hecha de troncos, cubiertas de tierra, donde se cultivan flores y hortalizas hay muchos canales navegables donde se pueden ver peces y culebras. así es el ambiente donde se desarrolla este caso insólito y perturbador, clara muestra de lo que puede lograr una mente retorcida...

Resulta que hace muchos años llegó a este lugar un humilde campesino llamado Julian Santana Barrera, a posesionarse de un pequeño islote que ahora pomposamente se le llama la "Isla de las Muñecas", debido a que este señor maniático un buen día se le dió por coleccionar muñecas y colgarlas en los arboles; se trata de muñecas decapitadas, mutiladas de piernas o brazos, tuertas, quemadas, pintarrajeadas, saliéndoles animales por boca y naríz, deformes por el paso del tiempo, del sol y de la lluvia, desgreñadas como cuando me levanto, otras están empaladas, en fin que es un espectáculo grotesco, repugnante y asqueroso, pero que a muchas personas les gusta y acuden a visitar la isla (espero que no lleven a sus pequeñines, porque podrían traumarse y luego dedicarse a leer horóscopos en la televisión).

Después de entrevistar a cada una de las mas de 3,500.00 muñecas he obtenido sus declaraciones y he formado el siguiente articulo: (Ustedes dirán que las muñecas no hablan, pero yo si escucho sus voces en mi cabeza)

Hay varias versiones sobre el responsable de este proyecto tan peculiar, una dice que Don Julian, propietario de este terreno, era un tipo extraño, solitario, hosco, frecuentaba la pulquería pero no hablaba con nadie,  la gente lo veía mal y le temían,  por un tiempo se le ocurrió la brillantísima idea de pregonar la palabra de Dios, lo que provocó que los lugareños lo agredieran, razón por la que dejó de ir al mercado a vender su frutas y legumbres que el cultivaba y le dejó el encargo a su sobrino.

En alguna ocasión declaró que colgaba las muñecas para espantar a los espantos y para que se diera buena cosecha.
Otra versión es que vivía con su esposa y su hija, un día que la señora fue a lavar ropa, llevaba cargando  a su criatura en su espalda con el rebozo, se safó y cayó al canal ahogándose de inmediato, no se encontró su cadáver, su mujer se esfumó y nunca se supo nada más, por tal circunstancia a Don Julian, como buen locochón decide decorar su terreno con muñecas viejas y sucias que encontraba en la basura o en los canales, algunas que le gustaban las arreglaba con collares, pulseras y lentes oscuros, dizque para recordar a su hija.

Según su sobrino Anastacio Santana Velasquez, tiene otra historia, relata que su tío le contaba que colocaba las muñecas para espantar al espíritu de una mujer que se ahogó cerca de su chinampa y que para variar nunca se enteró nadie ni se encontró el cuerpo por ninguna parte, pero por las noches escuchaba pasos y voces, por lo que en su mente calenturienta muy comprensible por cierto, ya que vivía como un ermitaño,  surgió la idea de que las muñecas lo protegerían de todo mal, además afirmaba que una sirena lo llamaba y le prometia llevárselo a Sirenilandía con la moneca, su muñeca preferida.




Total que "haiga" sido como "haiga" sido, el resultado es el mismo un señor bastante perturbado, plaga su isla con muñecas en deplorable estado y crea "LA ISLA DE LA MUÑECAS", a su muerte acaecida a los ochenta años,  como era de esperarse por ahogamiento, le deja su terreno de herencia a su sobrino, quien se encarga ahora del negocio, ha concedido entrevistas a medios amarillistas y para hacerlo más llamativo hasta un altar le hizo a la Moneca, le otorgó poderes magicos y ya la gente empieza a dejarle monedas en un platito que muy convenientemente se encuentra en la mesa, rogándole que las proteja y les conceda que se les ilumine el cerebro y puedan crear sino una isla, aunque sea un patio de zombies de peluche o gatos disecados o lagartijas pariendo.


A continuación unas fotos de esta ensoñasión, hecha realidad:














Pues bien mis jóvenes pupilos, como podemos observar este dulce ancianito estaba como una cabra, ya que no es natural que andes cargando una muñeca a todos lados, hables con ella, te acuestes con ella e incluso creas que esta viva. En la opinión de Ocelot, lo mas recomendable es bombardear la isla, cubrirla con concreto y construir un hotel de 5 estrellas, reemplazar las muñecas por unas inflables y alojar cada una en una habitación con el fin de atraer mas turismo, especialmente al clero, incluso Ocelot, tiene el nombre pensado: "El Moneca Palace".

Esto ha sido todo, espero que les haya gustado, o al menos hayan matado el tiempo un rato. Tened cuidado con las muñecas especialmente si las compran en el chino.

Stay Tunned.

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