sábado, julio 25, 2015

AL LECTOR, POESIA.

Hola queridos amigochos de todos los rincones del mundo, les deseo bienestar, se encuentren en aire, mar o tierra.  De nuevo con ustedes Starlightblue vivita y coleando, despues de haber sufrido la chikunguya o chinkuya como muchos le llaman por acá, es una enfermedad muy ruda y necia, que agarró desprevenida a la gente en este terruño, afortunadamente parece ser que ya pasó lo peor, esperemos que asi sea, esta enfermedad no vino sola sino que trajo a su amigo el dengue, otro cruel demoledor y ámbos hicieron de las suyas con nosotros, a la fecha aun persisten los dolores en articulaciones e inflamación en los pies, pero al menos ya me permite escribir, porque no podía yo ni agarrar un lapicero, los dedos se me engarrotaron, ahora lo que más me fastidia son los pies y ando como la patita en alta mar,  Si alguien sabe como apresurar el proceso de sanación les ruego me lo hagan saber.  

Bueno a otra cosa mariposa, para empezar agarrar rítmo les dejo una entrada corta, una poesia del frances Charles Pierr Baudelaire, un poeta controvertido, atacado, incomprendido;  por su propuesta diferente que buscó y encontró la belleza del mal, amarga, tenebrosa, violenta, ponzoñosa, pero al fin y al cabo sincera y original.

AL LECTOR.

La necedad, el error, la codicia, el pecado
invaden nuestro espíritu y agotan nuestro cuerpo;
y alimentamos todos nuestros remordimientos
como alimentan los mendigos su miseria.

Los pecados son tercos, débil nuestro pesar;
nos hacemos pagar todas las confesiones,
y tornamos alegres, al camino fangoso,
creyendo que un vil llanto borra todas las manchas.

Del mal en la molicie es Satán Trimegisto
quien largamente mece nuestro hechizado espíritu
y el metal opulento de nuestra voluntad
se evapora al influjo de tan sabio alquimista.

El diablo es quien nos mueve igual que a marionetas.
En lo más repugnante hallamos un imán;
descendemos un paso, cada día, al infierno,
sin horror, a través de tinieblas que hieden.

Y como un libertino que devora y que besa
el seno maltratado de una hetaira decrépita,
hurtamos al pasar un goce clandestino
exprimiéndolo igual que una naranja seca.

Espeso, hormigueando cual un millón de helmintos,
hierve en nuestros cerebros un pueblo de Demonios.
y cuando respiramos, baja a nuestros pulmones,
la Muerte, río invisible, entre sordos gemidos.

Si el estupro, el veneno, el puñal, el incendio,
no han realzado ya con sus amables trazos
el trivial cañamazo de un mísero destino
es porque nuestras almas no son bastante audaces.

Pero entre los chacales, las panteras, las perras,
los monos y escorpiones, los buitres, las serpientes,
y esos monstruos que ladran, rugen, gimen y reptan
en el infame circo de todos nuestros vicios,

Hay uno más horrible, más vil y más inmundo:
Aunque no manotea ni exhala grandes gritos
es capáz de trocar la tierra en un despojo
y en un solo bostezo se tragaría el mundo,

¡Es el Tedio! -empapado de involuntarias lágrimas
sueña en vagos cadalsos mientras fuma su opio,
Ya conoces lector al delicado monstruo,
-¡hipócrita lector-igual a mí-, mi hermano!

Hasta la vista compañeros, cuidense mucho, si la chikunguya no ha llegado a los lugares donde habitan, tomen toda clase de precauciones, porque les aseguro que no es nada agradable contraer esta terrible enfermedad.

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