viernes, octubre 12, 2012

EL ARBOL Y YO.

Hola mis queridos amigos, como los ha tratado la vidurria espero que muy bien y que todos esten saltando de contentos, la narraciòn es veridica con un poco de fantasia mezclada con peyote, push de california y tabaco de los medianos.

EL ARBOL Y YO.
 
                        
 
 
Hoy por la mañana me despertaron unos golpes muy fuertes, no entendì de donde provenian, salì de mi habitaciòn y me asomè a la ventana de la sala que dà al pequeño jardìn de la entrada de la casa, y entonces pude escuchar claramente el sonido de un machete, mi vecino estaba derribando un hermoso àrbol que se encuentra en la orilla de la banqueta de su casa, no es un àrbol frutal, ni siquiera dà flores, simplemente està cubierto de lindas hojitas verdes y brillantes y dà tanta frescura, salì a la calle y le preguntè al susodicho la razòn por la que le quitaba la vida al sr. àrbol, un àrbol que naciò y creciò en este lugar de una semillita que algùn pajarillo dejò caer, nunca pidiò nada a nadie, sòlo creciò con el sol y el agua de lluvia y es tan sano que no fue necesario fumigarlo pues hasta las plagas lo respetaban.

El en cambio nos dà tanto, adorna la calle con su belleza, da sombra y refresca la casa del vecino, y sobre todo proporciona oxìgeno que es la vida, los niños gustan de jugar bajo su sombra y cuando era màs pequeño se trepaban a sus ramas para hacer piruetas, los hombres y mujeres se detienen un momento bajo el cobijo de sus ramas para descansar un poco, como dicen las màs viejitas para tomar fuelgo, he visto a los vendedores ambulantes bajar sus pesadas cargas, o detener sus carritos de paletas, de nieves o elotes o lo que vendan y recargarse en su fuerte tronco, para tomar agua o un refresco mientras sienten la frescura de sus ramas mecidas por el viento y vuelven a pregonar su mercancia con màs entusiasmo, en otras ocasiones sus ramas han servido para hacer somès o enramadas para arreglar los altares los dìas de Semana  Santa.

Tambièn he visto gente mala o inconsiente que sin ningùn miramiento clavan en su corteza todo tipo de propaganda o con navajas afiladas graban alguna tonteria o dibujan el trillado corazòn con una flecha y el nombre de su amada, los perritos tambien los humillan haciendo pipì en su tronco, pero estoy segura que esto no lo molesta ya que lo hacen sin mala intenciòn ademàs que son amigos.

Pero vuelvo a la realidad, el sabelotodo de mi vecino muy quitado de la pena me dice que va a tirar el àrbol porque una raicita està rompiendo la banqueta y èl ingenuamente piensa que va a tirar su casa, le explique que èso era muy remoto, bastaba con podarlo periodicamente para que no siguiera creciendo, respecto a la banqueta le sugerì que un albañil podria con facilidad reparar el daño y hasta me ofreciì a buscar el albañil por si èl no tuviera tiempo y hasta podrìa pagarlo yo al cabo que no podria ser mucho, y asì el àrbol podrìa seguir viviendo, pero èl alegò que tambièn ensusiaba la calle cuando tiraba sus hojitas secas y que ya estaba aburrido de estar barriendo los 5 metros de calle que le corresponde, total que de nada valieron  ni mis suplicas ni mis lagrimas y hasta sentì que se molestò, pensè por un instante llamar a las autoridades, que por cierto ni caso hacen y lo tiran a una de loca y por si acaso sucediera un milagro y llegaran a tiempo de salvar al inocente,  mis vecinos quedarian como enemigos y no me la iba a acabar y despues de todo hemos llevado la fiesta en paz desde hace ya varios años, asì es que optè por cerrar la boca y meterme a la casa.

Desde donde estaba escuchaba el sonido de los hachazos que le propinaban a ese ser bondadoso que no comprendia porque habia recibido tan horrendo castigo.

Y ahì està el sr. àrbol todo despedazado, destrozado, mutilado, hecho leña,  sin haber lanzado una queja o una maldiciòn, muriò como viviò, mansamente sin haber hecho mal a nadie, ahora solo un pequeño muñon asoma de la tierra para recordarnos que ahi estuvo un regalo de Dios para la humanidad pero que no supimos apreciar.

No se como estoy escribiendo estas notas si me embarga una profunda trizteza, lo ùnico que me consuela en estos momentos es contemplar nuestros arboles, tenemos varios grandes y frondosos, los cuidamos, los respetamos y aunque no lo crean los queremos.

El àrbol que aparece en la foto tiene varios siglos  casi como los de la duquesa de Alba o quizàs un poco menos, estaba ahì cuando llegaron los españoles con el fin de conquistar estas tierras, està ubicado en la plaza de armas de la ciudad de Chiapa de Corzo, Chis. se le conoce como la Pochota.
 
Nos vemos en la pròxima procuren portarse bien que nada les cuesta, solo se vive una vez. Les recomiendo leer el libro El Fugitivo de mi compadre Stephen King, que harà que se te arrugue todo lo arrugable por el suspenso.

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