lunes, diciembre 21, 2015

Porfirio Diaz, el héroe olvidado capitulo XI

JALATLACO 
13 DE AGOSTO DE 1861.


El 5 de junio de 1861 el Gobierno del Estado de Oaxaca, le pidió al Coronel Díaz, se encargara del mando de la brigada de Oaxaca y se pusiera a las ordenes del General Don José González Ortega, con el fin de buscar a Márquez por el rumbo sur. Persiguieron al enemigo por dos meses pero solo encontraron  a sus puestos de avanzada que tuvieron poca importancia para ambos beligerantes.


Estando en  Toluca, el General González, tuvo noticias de que el enemigo pasaba por la plaza de Santiago Tianguistengo, en dirección a la montaña. Le dió instrucciones a Díaz, que lo tiroteara con su fuerza de 233 soldados y la caballería del General Don Antonio Carbajal, con el propósito de estorbar la marcha de Márquez, mientras lo alcanzaba la división. Así que partieron de Toluca a las tres de la tarde del 12 de agosto de 1861.

Al entrar la noche llegaron a la Hacienda de Atenco y batieron un destacamento de 200 caballos que tenían allí como puesto de avanzada. Entraron a Tianguistengo sin problemas y allí supieron que el enemigo pernoctaba en Jalatlaco y que tenía entre este pueblo y Tianguistengo un puesto avanzado de 1000 caballos.  El General Carbajal, dispuso que marcharan para Jalatlaco por veredas que aunque debian dar algunos rodeos, les permitiría pasar a más de una legua del puesto de avanzada del enemigo y llegar a dicho sitio sin ser notados. Cerca ya del lugar el General Carbajal, llamó al Coronel Díaz y sobre una pequeña colina le señaló los puntos que se debia atacar guiado por el humo del fuego donde cocian sus alimentos los soldados, que tiroteara mientras llegaban refuerzos.

El Coronel Díaz mandó al Teniente Crisóforo Canseco, con una subdivisión de 20 hombres a batir un puesto avanzado que tenía el enemigo en una ermita cerca de la iglesia, mientras él con el resto de la tropa marchaba a la parroquia por el rumbo opuesto, al ponerse a la cabeza de la compañía no podía ver lo que pasaba a la retaguardia y el General Carbajal por  error mandó hacer alto a la fuerza cuando apenas habian pasado 20 elementos. El Capitán José María Barriguete, a quien había puesto Díaz a la retaguardia con órden de seguirlo y no permitir que la fuerza  se cortara, porque en la noche sería difícil volverse a reunir, salió a la cabeza de la fuerza cuando sintió el alto y despues de una discución con Carbajal, siguió la marcha pero ya no pudo reincorporarse al regimiento del Coronel Díaz, una por la obscuridad y otra porque no sabiendo lo que ocurria, habia avanzado hasta la plaza, sin embargo al sentir el ataque de sus compañeros por el oriente de la posición enemiga, Barriguete atacó por el sur uniendose despues a los demás.

Cuando comenzó el ataque del Coronel Díaz, la infantería enemiga estaba en el templo y el atrio y la caballería estaba situada en otros cuarteles que rodeaban la plaza, las fuerzas liberales eran atacadas por la espalda con los fuegos de la caballería y esto obligaba a distraer a muchos soldados para defenderse, impidiendo emprender una operación más seria contra el templo y el atrio.  En estas circunstancias Díaz mandó a dar un aviso a Carbajal, quien había quedado a orillas del pueblo, este le contestó  que no podía hacer uso de la caballería porque había muchos magueyes en el campo que estorbaban su movimiento.  Antes de que Barriguete se incorporara a Díaz en el ataque que intentó por el sur de las posiciones enemigas, habian penetrado por el atrio 10 o 12 de sus soldados con el Capitán José M. Omaña a la cabeza y habia sido rechazado el resto de la columna de Barriguete que atacaba por allí, en esos momentos Díaz, atacaba vigorosamente por la puerta del mismo atrio que da al norte, Omaña reconoció su voz y supuso que estaba adentro del atrio y en efecto estaba casi dentro porque había hecho también un ataque malogrado como el suyo. Durante estas maniobras Márquez mandó a fusilar al Capitán Omaña y el oficial encargado de cumplir con esa orden, se separó un poco de la fuerza para pasarlo por las armas, pero en lugar de matarlo se puso de acuerdo con Omaña para cambiar de bando (en el buen sentido de la palabra) o quizás le cayó muy bien, la cosa es que ambos huyeron y se presentaron al General Ortega que ya se aproximaba al pueblo, los chismosotes le informaron en que situacion se encontraban y que probablemente el Coronel Díaz, había sido fusilado y derrrotados.

Con estas noticias el General Ortega, dispuso que toda la columna hiciera alto a la vista del pueblo y esperara a que amaneciera y situó una bateria que hizo fuego sobre los combatientes, pero como los artilleros no tenian mas guía que los fuegos de fusil  lo mismo batian a los enemigos que a sus propios soldados, Díaz mandó a pedirle al General Ortega que por favor suspendiera el fuego, pues le hacian más daño a éllos que al enemigo y también les diera más municiones porque se les había agotado.  En esos momentos se percataron que un grupo de oficiales Conservadores huian separandose de sus posiciones y averiguaron que Márquez, salía en columna rumbo a la montaña evadiendo los puestos que ocupaba el General Ortega.  Aun sin ser recibidas las municiones el Coronel Díaz, ordenó un ataque decisivo con el propósito de cortar la retirada del enemigo. Lucharon con tanta bravura que lograron que volvieran al atrio 700 infantes y toda la artillería y bagajos venciéndolos facilmente, en cuanto tuvo a todos desarmados, pecho a tierra y amarrados, los jefes y oficiales que en total eran 18, el insigne patriota Don Porfirio Díaz, salió victorioso a dar parte al General en Jefe, quien no daba crédito a la noticia y decia que no convenia hacer nada por lo pronto sino esperar que amaneciera, de nuevo le dijeron que todo había terminado que era dueño de 10 cañones de todo el bagaje y de 700 y tantos prisioneros.  Al fin al General en Jefe le cayó el 20 y montó a caballo y fue al lugar del combate para persuadirse de la victoria, sin embargo no quiso perseguir al enemigo, porque la caballería no conocía los caminos.

Con motivo de la victoria de Jalatlaco, se le dió a Porfirio Díaz Mori,  el grado de General de Brigada, por el Gobierno Federal  de Don Benito Juárez.

Al día siguiente, estando en Tiatistengo, el General González Ortega, felicitó a todos los oficiales y tropa en general por su comportamiento en esta batalla.

PACHUCA 
20 DE OCTUBRE DE 1861.


El 19 de octubre de 1861, poco despues de que arribaron a la capital, supo el gobierno que Márquez, con una columna de los restos de Jalatlaco y otras partes que había recogido en los estados de Queretaro y San Luis, llegaba a Pachuca y que la tropa del General Santiago Tapia era insuficiente para hacerle frente y ordenó que otra columna formada con los batallones de Oaxaca y Lanceros del mismo estado a las ordenes del General Mejía, de la que Porfirio Díaz era Mayor General se incorporaran a la fuerza del General Tapia. Hicieron una marcha rápida y al día siguiente 20 de octubre a las 10 de la mañana llegaron a Pachuca, en donde atacaron a las fuerzas de Márquez, quien abandonó la ciudad lléndose por el camino que conduce a Real del Monte y se posesionó de una altura que se llama "La Cruz de los Ciegos" y de otras dos que quedan a los lados de la carretera.  El General Tapia dió instruccionnes al General Mejía, que con una compañía del primer batallón y un obús de montaña defendiera la carretera, por donde amenazaba flanquearlos la caballería enemiga, y ordenó al General de Brigada Díaz que con el resto del primer batallón y con el segundo, atacara sucesivamente las posiciones de la "Cruz de los Ciegos, y las otras dos y puso como reserva a sus ordenes el batallón de Rifleros de San Luis que mandaba el Teniente Coronel Don Carlos Salazar y carabineros a caballo que mandaba el Coronel Don Antonio Alvarez.


El General PorfirioDíaz emprendió dos ataques sucesivos, teniendo necesidad de hacer uso para el segundo, del batallón de rifleros porque el primero ejecutado  al trote de ascenso, había cansado mucho a la tropa del 2o. batallón y restos del 1o.  Para ocupar el tercer cerro, no obstante que guardaba las mismas condiciones, tuvo que hacer uso de una parte del cuerpo de carabineros a las ordenes del Capitán Don Adolfo Garza, que mereció una especial mención por su conducta distinguida en este hecho de armas y su ascenso a mayor. El enemigo les dejó en ese cerro toda su artillería que era todo de montaña.

Después de una larga persecución a los derrotados, que huyeron hacia el grande, El General de Brigada Don Porfirio Díaz, volvió en la noche a  Real del Monte, en donde estaban acuartelados los soldados que no tuvieron acción en la persecución. Despues de 4 o 5 días de permanencia indispensable para enterrar a los patriotas caídos y poner a los heridos en condiciones de marchar unos y establecer un hospital de sangre para los otros, volvieron a la capital satisfechos de haber obtenido un triunfo más.

Proximo capitulo: INTERVENCION FRANCESA y ACULTZINGO

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