Un 29 de aquel febrero bisiesto me vi pernoctando un lunes en un banco de estacion |
lunes, febrero 29, 2016
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jueves, febrero 25, 2016
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martes, febrero 23, 2016
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Porfirio Diaz el heroe olvidado, Capitulo XVIII
EVACUACION DE LA CAPITAL
DEL 24 DE MAYO AL 20 DE JUNIO DE 1863.
El General Díaz despues de escapar de sus captores, se presentó en
la Ciudad de México. El Sr. Benito Juárez le dijo que lo nombraría
Secretarío de Guerra o General en Jefe del Ejército, según lo conviniera con el
General Berriozabal, porque el había de tener uno de dichos puestos y Díaz el
otro.
El digno General Díaz Mori, agradeció al Sr. Juárez, su
ofrecimiento pero le dijo que habían otros Generales mayores muy capaces de
manejar con prestancia dichos puestos y que el era demasiado joven para que
estuvieran a sus ordenes, en esos momentos fueron interrumpidos y Benito Juárez
le pidió que por la mañana seguirían tratando el asunto. Al día siguiente el
Sr. Juárez le dijo que había pensado en lo que le dijo y que quizás tuviera razón,
entonces le ofreció el mando de la División que el designara, El General Díaz
le contestó que en la forma que tenían, ninguna le parecía buena, pero que si
se lo permitía organizaría una a su gusto con las tropas que el escogiera.
Tuvo la bondad el Sr. Juárez de darle un papel para que pusiera los
nombres de los batallones y regimientos que fueran de su agrado. Formó a
su gusto la Divión que debía mandar y con élla, una vez organizada emprendió la
marcha para Ayutla con objeto de cubrir la carretera por donde debía venir el
enemigo.
El Gobierno salió para Queretaro el 31 de mayo de 1863, y despues
de la salida se le dió orden al General Díaz, de volver a México y de allí
emprender la marcha y seguir al cuerpo del Ejército que mandaba el
General Juan José de la Garza, a quien alcanzó en el Contadero, camino para
Toluca. Luego que se incorporó al ejército, el General en Jefe que tenía
necesidad de estar en Toluca, le encomendó el mando, y emprendió la marcha con
su escolta y estado mayor. Pocos momentos despues se sublevó uno de los
batallones de Guardia Nacional de México que formaba a la retaguardia, y que
mandaba el Coronel Rangel cuyo jefe, lo mismo que el Teniente Coronel Don Pedro
de Garay habían desaparecido en México, al emprender su marcha el Batallón.
El General Díaz persiguió a los sublevados, matando algunos y
aprehendiendo a casi todos, y diezmándolos despues en el llano de Salazar, en
presencia de las tropas formadas.
Pasaron la noche sin más novedad que algunos tiroteos
insignificantes de los traidores que plagaban la montaña. Al día
siguiente seguieron la marcha a Toluca, y a su llegada le informó al General en
Jefe lo ocurrido. Despues de permanecer tres o cuatro días en Toluca sin
haber desempeñado ningún servicio importante y sin recursos, El General Díaz le
solicitó al General Garza, recursos para continuar la marcha. Como los
franceses estaban entrando ya a la ciudad de México, el cuerpo de ejército se
encontraba sin recursos y el General en Jefe no manifestaba empeño ninguno por
obtener los necesarios, ni por mover sus fuerzas, Díaz le manifestó un día que
creía indispensable conseguir algún dinero para salir de la plaza.
El General en Jefe citó a nombre del General Díaz sin su
consentimiento, a los comerciantes pricipales de la ciudad para una junta en su
alojamiento, y al verlos reunidos, no le quedó de otra que
informarles de su situación y les pidió un préstamo, que le
facilitaron de buena gana, reuniéndo la cantidad de tres mil pesos, con ésto
salió de Toluca para el llano del Cazadero y así llegó hasta Queretaro, donde
recibió algunos fondos que le mandó de San Luis el Gobierno Federal.
A pocos días llegó el General Garza, con las otras dos Divisiones
de su Cuerpo de Ejército, completamente destrozado, pues además de que las
mulas eran insuficientes para conducir su artillería y bagaje, algunos Jefes
habían dispuesto de parte de ellas y el camino estaba regado con piezas de
artillería y materiales de guerra siendo también de consideración las
deserciones que habían sufrido. El General Garza salió de San Luis y entregó el
mando del cuerpo de ejército al General Echegaray, y con este Jefe las cosas
marcharon mejor.
EJERCITO DEL CENTRO
DEL 10 DE JUNIO AL 1o. DE SEPTIEMBRE DE 1863.
Pasados 10 a 12 días llegó de San Luis a Queretaro el Ministro de Guerra que era entonces el General Berriozabal y sin previo aviso le dió a reconocer en la orden general al General Porfirio Díaz, como Jefe del Cuerpo de Ejército del Centro, quedando a su lado como Cuartel Mestre, el General Echegaray.
Comenzó entonces el nuevo Jefe una seria organización en todo lo
que era necesario para dar a la fuerza la forma de verdadero cuerpo de
Ejército, situó una División en Celaya, otra en Salvatierra, una Brigada de
Conservación en Arroyo Zarco y dejó el nucleo principal en Querétaro. En
seguida y por orden del Ministro de Guerra cambiaron el Cuartel General a
Acámbaro donde permanecieron poco tiempo en el cual el Gobierno le mandó para
que fueran ocupados en el Ejército, al Sr. Lic. Matias Romero y al General Sr.
Rafael Benavides, El General Díaz colocó al Lic Romero como Jefe de su
Estado Mayor y Secretario y al General Benavides lo nombró General en Jefe
de la Primera División.
En los últimos días de julio de 1863 y con el objeto de tratar
algunos asuntos de importancia con el Gobierno, el General Díaz mandó al Lic,
Romero a San Luis que era entonces la Residencia del Gobierno Federal.
Entretanto había ocurrido allí un cambio de Gabinete, para contar el Sr.
Juárez con el prestigio de Don Manuel Doblado, Gobernador de Guanajuato, le
había nombrado Ministro de Relaciones, Doblado puso como condición para aceptar
el puesto, se revocara el nombramiento a Don Juán Antonio de la Fuente, que
había salido para los Estados Unidos, como Ministro de México, el Sr. Juárez
tuvo que pasar por esta exigencia para asegurar los servicios de Doblado y
propuso que fuera Romero en lugar de Fuentes, así es que de esta manera el Lic.
Matias Romero tuvo que admitir ese cargo con gran molestia porque ya no podría
colaborar con el Ejército del Centro.
Más tarde, durante la permanencia del Ejército en las Plazas de
Celaya, Salvatierra, Querétaro y San Juán del Río, las expediciones del Cuartel
General no podían hacerse de un punto a otro, sino con una gruesa escolta, o
fingiendo unos movimientos para hacer otros, porque el camino esta interceptado
por unos bandidos, los hermanos Troncoso que algunas veces reunian hasta 400
caballos. Esto lo explicó el General Díaz al General Comonfort, al
revelarlo en el mando del Cuerpo del Ejercito que había estado a sus ordenes,
pero no le dió importancia a la información, y a los pocos días de su
separación, intentó hacer una travesía en coche con 50 caballos de escolta de
San Miguel Allende para Celaya, desafotunadamente fue asesinado por los
Troncoso, cerca de Chamacuero.
Proximo capitulo:
MARCHA PARA OAXACA, TASCO Y PUNGARANCHO y LLEGADA A OAXACA
viernes, febrero 12, 2016
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miércoles, febrero 10, 2016
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jueves, febrero 04, 2016
martes, febrero 02, 2016
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lunes, febrero 01, 2016
Porfirio Diaz el heroe olvidado capitulo XVII
RENDICION DE PUEBLA
DEL 10 AL 13 DE MAYO DE 1863.
Siguieron las operaciones
del sitio, tres días antes de la rendición de la plaza el General en Jefe citó
a una junta de Generales para conocer su opinión y notificarles la falta de comestibles
y sobre todo de agua, así como de municiones, la mayoría de los Generales
opinaron que precediendo algunos ataques simultaneos y haciendo un esfuerzo
supremo por el rumbo opuesto para romper la línea sitiadora y utilizar parte
del personal y materiales de guerra. Con este objeto se ordenó que se
deshiciera algunos cartuchos de cañón y se elaboraran municiones para armas
portátiles, que eran las más escasas. Como el enemigo redoblaba sus ataques, al
día siguiente se habían consumido la mayor parte de las municiones de
artillería que quedaban, porque era indispensable constestar el cañoneo que a
varios de los fuertes hacia el enemigo.
Al ver que ya no era posible continuar el General en Jefe, ordenó
se rompieran todas las armas portátiles y la artillería y mandó al General
Mendoza a avisar al General Forey, que la Plaza estaba a su disposición y que
todos estaban desarmados y constituidos sus prisioneros, lo cual verificó el 17
de mayo de 1863. Una vez prisioneros, se presentó el General Forey el 18 de
mayo, con una carta redactada por él en su idioma con la pretensión de que la
firmaran los Generales, Jefes y Oficiales del ejército mexicano en que se
comprometieran bajo palabra de honor a permanecer neutrales en el lugar que se
les designara hasta el fín de la guerra, muy pocos subalternos firmaron dicha
acta, la mayoría manifestó que las Leyes de nuestro país y sus convicciones
personales no les permitían contraer ningún compromiso con el invasor.
En consecuencia de la negativa de estos valientes y dignos
mexicanos, se dispuso enviar confinados a Francia a todos los
recalcitrantes. Los prisioneros estaban separados en distintos lugares, en uno
Generales de División de Brigada, efectivos y graduados, en otra los Jefes de
Coronel a Comandante y en otro los subalternos de Capitán a SubTeniente, los
soldados habían sido divididos también en tres o cuatro prisiones diferentes. A
los Generales les toco por prisión la casa propiedad del General mendoza, que
esta ubicada en la Calle de herreras.
PRIMERA EVASION DE PUEBLA
DEL 19 AL 23 de MAYO DE 1863.
El astuto y valeroso
General Díaz al negarse a firmar el acta , manifestó por escrito que no podía
aceptar las condiciones de los franceses porque tenía deberes que cumplir con
su patria. Por lo que considero con el derecho de evadirse si podía hacerlo. Aí
pues, el 21 de mayo, vispera de la marcha para Veracruz, se quitó el uniforme a
todo riesgo en el momento en que entraban y salian los parientes y amigos de
los prisioneros para despedirlos y darles algunas de sus pertenencias. Bajó
resueltamente la escalera esbozado con una prenda, cosa que no era notable
porque hacía mucho frío; y para que el centinela no le marcara el alto y le
hiciera pasar por un reconocimiento, como lo hacía con todos, pensó que sería bueno
dirigir algunas palabras al oficial de guardia, para que al verlo salir despues
de haber hablado con el oficial no despertara sospechas. Con esta
intención llegó al saguán, pero encontró que el Comandante de Guardia que esta
allí de pie, era el Capitán Galindo, del 3o. de zuavos que habiéndo sido
prisionero del ejército liberal había entablado cierta amistad con Don
Porfirio. En consecuencia ya no le dirigió la palabra sino que
simplemente lo saludo y salió para la calle sin que lo reconociera aunque
probablemente sospechó algo, porque enseguida subió a ver si estaba al lado de
sus compañeros, varios de éllos lograron también evadirse de la prisión, ya en
Puebla, ya en el camino y pocos salieron para Europa.
Proximo capitulo: EVACUACION DE LA CAPITAL y EJERCITO DEL CENTRO
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