RENDICION DE PUEBLA
DEL 10 AL 13 DE MAYO DE 1863.
Siguieron las operaciones
del sitio, tres días antes de la rendición de la plaza el General en Jefe citó
a una junta de Generales para conocer su opinión y notificarles la falta de comestibles
y sobre todo de agua, así como de municiones, la mayoría de los Generales
opinaron que precediendo algunos ataques simultaneos y haciendo un esfuerzo
supremo por el rumbo opuesto para romper la línea sitiadora y utilizar parte
del personal y materiales de guerra. Con este objeto se ordenó que se
deshiciera algunos cartuchos de cañón y se elaboraran municiones para armas
portátiles, que eran las más escasas. Como el enemigo redoblaba sus ataques, al
día siguiente se habían consumido la mayor parte de las municiones de
artillería que quedaban, porque era indispensable constestar el cañoneo que a
varios de los fuertes hacia el enemigo.
Al ver que ya no era posible continuar el General en Jefe, ordenó
se rompieran todas las armas portátiles y la artillería y mandó al General
Mendoza a avisar al General Forey, que la Plaza estaba a su disposición y que
todos estaban desarmados y constituidos sus prisioneros, lo cual verificó el 17
de mayo de 1863. Una vez prisioneros, se presentó el General Forey el 18 de
mayo, con una carta redactada por él en su idioma con la pretensión de que la
firmaran los Generales, Jefes y Oficiales del ejército mexicano en que se
comprometieran bajo palabra de honor a permanecer neutrales en el lugar que se
les designara hasta el fín de la guerra, muy pocos subalternos firmaron dicha
acta, la mayoría manifestó que las Leyes de nuestro país y sus convicciones
personales no les permitían contraer ningún compromiso con el invasor.
En consecuencia de la negativa de estos valientes y dignos
mexicanos, se dispuso enviar confinados a Francia a todos los
recalcitrantes. Los prisioneros estaban separados en distintos lugares, en uno
Generales de División de Brigada, efectivos y graduados, en otra los Jefes de
Coronel a Comandante y en otro los subalternos de Capitán a SubTeniente, los
soldados habían sido divididos también en tres o cuatro prisiones diferentes. A
los Generales les toco por prisión la casa propiedad del General mendoza, que
esta ubicada en la Calle de herreras.
PRIMERA EVASION DE PUEBLA
DEL 19 AL 23 de MAYO DE 1863.
El astuto y valeroso
General Díaz al negarse a firmar el acta , manifestó por escrito que no podía
aceptar las condiciones de los franceses porque tenía deberes que cumplir con
su patria. Por lo que considero con el derecho de evadirse si podía hacerlo. Aí
pues, el 21 de mayo, vispera de la marcha para Veracruz, se quitó el uniforme a
todo riesgo en el momento en que entraban y salian los parientes y amigos de
los prisioneros para despedirlos y darles algunas de sus pertenencias. Bajó
resueltamente la escalera esbozado con una prenda, cosa que no era notable
porque hacía mucho frío; y para que el centinela no le marcara el alto y le
hiciera pasar por un reconocimiento, como lo hacía con todos, pensó que sería bueno
dirigir algunas palabras al oficial de guardia, para que al verlo salir despues
de haber hablado con el oficial no despertara sospechas. Con esta
intención llegó al saguán, pero encontró que el Comandante de Guardia que esta
allí de pie, era el Capitán Galindo, del 3o. de zuavos que habiéndo sido
prisionero del ejército liberal había entablado cierta amistad con Don
Porfirio. En consecuencia ya no le dirigió la palabra sino que
simplemente lo saludo y salió para la calle sin que lo reconociera aunque
probablemente sospechó algo, porque enseguida subió a ver si estaba al lado de
sus compañeros, varios de éllos lograron también evadirse de la prisión, ya en
Puebla, ya en el camino y pocos salieron para Europa.
Proximo capitulo: EVACUACION DE LA CAPITAL y EJERCITO DEL CENTRO
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