COMITLIPA
4 DE DICIEBRE DE 1865.
El General Díaz tuvo una
fiebre palúdica que le duró tres días, pero teniendo el General Visoso noticias
de su enfermedad, se aproximo a una distancia de seis a siete leguas, con cuyo
motivo engañó el General Díaz a su propia gente afectando una gravedad que no
tenía y Visoso vino a situarse hasta el pueblo de Tepetlapa, en donde el
General Díaz podía forzar la marcha en una noche, darle un golpe al amanecer,
que era probable lo mismo que Visoso intentaba hacer.
Así lo hizo el General Díaz, y el 3 de diciembre en la noche sin
dar ningún toque y de la manera más sigilosa levantó y organizó su fuerza y
emprendió la marcha con la cautela necesaria hacía el pueblo de Tepetlapa,
entradas y caminos conocía muy bien.
Llegó a Tepetlapa y allí supo que Visoso había marchado a las
nueve de la noche por Comitipla que no está muy lejos de aquel pueblo. Aunque
todavía faltaba mucho para que amaneciera, siguió su marcha hasta Comitlipa sin
dificultad alguna, al llegar en la madrugada del 4 de diciembre de 1865, a un
lugar del camino de donde se descubre el pueblo de Comitlipa, vió en un cerrito
que está casi a tiro de pistola de la plaza, una gran fogata y comprendió que
allí había una guardia de observación, vió como aun no amanecía no podía ser
visto. En un reconocimiento que practique con dos hombres, dejando toda
su fuerza en el camino, pudo comprender que el enemigo no tenía ninguna
avanzada por el lado del camino en que él estaba y que solo ocupaba el centro
del pueblo, esto es, la Plaza, Casa Municipal y la colina.
Bajó antes su infantería y la escondió en unos espesos carrizales
y arboleda que había a muy poca distancia de las primeras casas y la dejó allí
a las ordenes del Capitán Don José Guillermo Carbó y del Teniente Coronel Don
Juan José Cano y volvió al punto elevado del camino en donde habia quedado su
caballería. Espero a que amaneciera, y cuando ya había luz emprendió la
marcha con la fuerza, haciéndose visible en el camino y vió perfectamente que
bajó un hombre corriendo de la colina, sin duda a avisar a Visoso. Creyó que
éste saldria a su encuentro, pero no fue asi, y tuvo que llegar hasta la plaza
a tirotearlo, para que saliera a perseguirlo.
Como los del cerro habían podido ver y hasta contar la fuerza de
caballería que traía y que apenas llegarían a 100 hombres, Visoso se animó a
perseguirlo y salió briosamente tras él. Cuando hubo llegado al carrizal
le rompieron los fuegos del Capitán Carbó y el Teniente Coronel Cano cortándole
el camino primero y batiéndolo el otro por el costado, en los momentos en que
el general Porfirio Diaz con la caballería lo cargaba rudamente por la llanura
de su izquierda, a donde corria su gente en desorden al sentir los fuegos a
quemarropa que salian del carrizal.
Fue derrotado completamente Visoso y huyó solo con unos 20 o 30
hombres de caballería, dejando 81 muertos, entre los cuales había tres
oficiales y prisionera casi toda su infantería que le sirvió para formar con el
piquete de cabos y sargentos oaxaqueños que había encontrado en la Providencia,
el Batallón Fieles de Oaxaca, cuyo mando tomó desde luego el Capitán Don José
Guillermo Carbó a quien ascendió a Mayor con ese objeto.
Por parte de los republicanos tuvieron 11 muertos entre los cuales
estaba el Teniente Coronel Tomás Sánchez, y nueve heridos entre éllos el
Capitán Bonifacio Valle, que lo había sido también en el encuentro de Tulcingo,
y cuya herida no estaba cicatrizada.
OPERACIONES CONTRA SILACAYOAPAN Y TLAXIACO
DEL 6 DE DICIEMBRE DE 1865 AL
29 DE FEBRERO DE 1866.
El General Díaz volvió a
Tlapa donde permaneció algunas semanas, sin que ocurriera acontecimientos
notables, así que aprovechó la calma para instruir y organizar su pequeña
fuerza de combate. En busca de recursos y hombres emprendió una marcha
para el Estado de Oaxaca, penetrando por el Distrito de Silacayoapan. Las
pequeñas guarniciones del enemigo que habían en aquellos pueblos se retiraban
al tener conocimiento de su arribo al pueblo de Silacayoapan, cabezara del
Distrito de su nombre, porque conocían que todos esos pueblos simpatizaban con
la causa nacional. y él lo ocupó el 13 de diciembre de 1865.
Expidió algunos decretos y pasó en seguida con la intención de
sorprender a Tlaxiaco, que estaba defendido por el General Trujeque.
Después de algunos pequeños combates ocasionados por varias salidas que éste
hizo, se resolvió a abandonar la plaza, que ocupó la fuerza liberal el 22
de diciembre de 1865, persiguiéndolo en su retirada para Teposcoluta hasta el
poblado de Santiago Yolomecal en donde se abandonó la persecusión y volvieron a
Tlapa. Cuando se enteraron los franceses que estaban en Oaxaca de estas
acciones mandaron fuerzas superiores para contrarrestar el ataque, por lo cual
el General Díaz se vió obligado a abandonar estas plazas y retirarse a la
costa.
Sabiéndo en los primeros días de enero de 1866 que en Silacayoapan
había una fuerte guarnición austriaca, y con el fin de hacerla salir de aquel
puesto, el General Diaz amagó seriamente a Tlaxiaco, y lo atacó por dos días logrando
su objetivo, pues los austriacos se dirigieron a ese pueblo y él ocupó
Silacoyoapan. Se dirigió entonces a Tlaxiaco y lo atacó por dos días, el
6 de enero de 1866, pero supo que venian refuerzos considerables para el
enemigo que estaban ya a cinco leguas de Tlaxiaco y tuvo que evacuar sus
pocisiones frente a aquel pueblo, (lo bueno que no fue dentro del pueblo)
el 28 del mismo mes rechazó a una partida de traidores que asaltó Silacayoapan,
muriendo su Jefe.
Proximo capitulo: REPOSICION EN EL MANDO DE LA
LINEA DE ORIENTE y LO DE SOTO
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