lunes, octubre 19, 2015

Porfirio Diaz, el héroe olvidado. Capitulo II

REVOLUCION DE AYUTLA. 
El inicio de la leyenda.

El 1o. de marzo de 1854, el Coronel Florencio Villarreal y el General Juán N. Alvarez, proclamaron el Plan de Ayutla, movimiento generado en contra de la dictadura de Antonio López de Santa Anna, que gobernaba con el titulo de su Alteza Serenísima, con un régimen totalmente conservador que perseguía a los liberales y tenía mucha hostilidad en contra de los abogados.  La lucha se realizó con el objeto de establecer un  Gobierno Republicano y Democrático. Don Marcos Pérez, que había emprendido en Oaxaca trabajos revolucionarios apoyando el Plan de Ayutla en combinación con Don Mariano Zavala, Don José García Goytia, Don Manuel Ruiz y Don Pedro Garay, que estaban en México y habían sido Diputados por el Estado de Oaxaca al Congreso de la Unión, fue descubierto por una correspondencia revolucionaria que estos señores le dirigieron y con este motivo se le procesó y se le puso en una prision muy rigurosa, y fueron conducidos  a Oaxaca sus complices,  se les encarceló en el convento de Santo Domíngo De Guzmán. Estando ya preso Don Marcos Pérez, al joven Porfirio Diaz se le presentó la ocacion, que con gusto aprovechó  de darle un importante servicio, resulta que fue a cobrarle un adeudo que tenía el Coronel Pascual León, con su tío el cura Don Francisco Pardo y por una casualidad el Coronel lo dejó sólo en su despacho ahí Porfirio vió sobre el escritorio el proceso de los prisioneros y pudo darle una ojeada enterandose de las declaraciones que habían hecho los complices de Don Marcos Pérez,  con este objeto emprendió en compañía de su hermano Felix, el escalamiento del convento que servia de cuartel y prisión. Sortearon muchos peligros para escalar por las noches los altos y sólidos muros del citado convento que casi era una fortaleza, pero gracias a la agilidad que habían adquirido por hacer mucho ejercicio desde pequeños les facilito la tarea, y lo realizaron por tres ocaciones, fue una verdadera hazaña, como entrar a la boca del lobo ya que el lugar estaba lleno de centinelas dispuestos a tirar a matar si veian a un intruso. Pero con mucha voluntad y entereza lograron su propósito darle ánimos y hacer del conocimiento al Lic. Pérez de lo que se había enterado, se comunicaban en latín por si alguien los escuchaba no sabrian de que se trataba, asimismo le informó que había llegado  una amnistía para éllos.

 Pero este acto de lealdad y amistad en lugar de ayudarlo lo  perjudicó,  ya que se filtró la noticia de lo que hicieron y solo consiguió que se le viera con desconfianza cuando llegó a oidos del Coronel Lazcano, al mando del batallón activo de Oaxaca que estaba en el cuartel, quien reforzó la guardia  y además puso perros en la azotea del convento para evitar que alguien más pudiera sorprenderlos. Debido a esta circunstancia y porque votó publicamente por el General Juán N. Alvarez y no por Santa Anna, se giró orden de aprehención en su contra pero fue avisado oportunamente por Serapio Maldonado que era Agente de Policia y conocido suyo, entonces se fue a la casa de Don Marcos Pérez quien había sido desterrado a Tehuacán, a sacar unas pistolas por estar más cerca que la suya y para arreglarle unos papeles de asuntos pendientes, al pasar por la calle de Manero, estaba en la puerta de la tienda el joven dependiente Pardo quien le hizo una seña para que viera a Marcos Salinas, uno de los policias que venía en su busca, entonces corrió toda la cuadra y otra contigua y se metió en la casa de Flavio Maldonado condiscípulo y amigo suyo.  A poco llegó Anacleto Montiel que era el Jefe de la Policia, saludó en voz alta y preguntó por él, a lo que se le contestó, para que no sospechara que se encontraba alli que no estaba en la casa, pero que regularmente iba a esa hora, que no tardaba en llegar, que si quería verlo podría esperar un poco.  Se estableció la policia en la esquina de la calle en donde estaba la casa de Maldonado, y otra partida en la puerta de su casa; pero Porfirio ya había hecho traer sus armas y su caballo que su mozo sacó de su casa suponiéndo que lo llevaba al rio de Atoyoc y en un canasto su silla, pistolas y sables y salió como a tirar basura sin que la policia sospechara nada.

Un hombre llamado Esteban Aragón, valiente y muy enérgico, le había hablado en varias ocasiones sobre su ideología revolucionaria, sabiéndo donde vivía lo mandó llamar, y le propusó que se fuera con él a la revolución, le contestó afirmativamente, pero le dijo que no tenía caballo, Porfirio le dijo que podía darle una pistola, un sable y una silla de montar, que él consiguiera el caballo, Aragón cogió un sable, lo ocultó bajo su jorongo y salió rumbo al río a donde llevaban a los caballos a tomar agua, amenazó al dueño con el sable, le quitó el caballo se montó en pelo y se presentó en la casa de Maldonado para que violentamente iniciaran la marcha, ensillaron sus caballos y ya listos, acometieron la salida, los policias les salieron al paso, pero Porfirio se puso inmediatamente a la defensiva y Aragón acometió con bastante brío y así es como de esta manera se vío obligado el soldado legendario a dejar por un tiempo su ciudad natal Oaxaca.

Se fueron por Ocotlán y Santa Catarina, hasta Ejutla cabalgando todo el día siguiente: en la noche atravesaron las poblaciones, y así continuaron hasta la Mixteca, donde se encontró aquello revuelto; pues había proclamado la revolución José María Herrera de Huajuapan, el pobre tenía muy poca gente, indios monteros casi desarmados pues solo estaban provistos de machetes y otros instrumentos de agricultura.

Porfirio Díaz convenció a Herrera de hacer las cosas a su manera, porque él sabía más ya que había hecho un regular estudio de arte de la guerra, en una cátedra de estrategía y táctica, dispuso entonces que esperaran en la cañada de Teotongo al Teniente Coronel Canalizo del 4o. de Caballería, que venía a atacarlos con una columna de infantería y caballería, quien tenía como 80 o 100 caballos y 50 infantes, esta era muy poca fuerza pero para éllos la mitad hubiera sido suficiente para hacerlos pedazos, si no hubieran contado con los grandes accidentes del terreno.

En un aguaje que hay en la cañada de Teotongo con exhuberante vegetación, a Díaz le pareció natural que los soldados, con la fatiga, se detendrían a beber agua, y en efecto, se detuvieron muchos sobre todo la infantería, los de caballería siguieron su camino.  Horas antes había ordenado aflojar muchas piedras en el cerro dispuestas con trancas y hacerlas rodar en un momento dado, cuando los soldados se acercaran a tomar agua, apostó a sus pocos hombres en lugares estratégicos, apenas tenían unas 30 escopetas los demás traian hachas, machetes y otros instrumentos de labranza y se prepararon a la lucha.  Como habia previsto, cansados y sedientos los soldados de infantería se detuvieron para  tomar agua, la caballería siguió su camino, esperaron el momento propicio y los sorprendieron, les hicieron una descarga y a la vez una avalancha de piedras les cayó encima, causaron muchas bajas, muertos, heridos, los demás huyeron despavoridos. Se dispersó también la gente de Huajuapam y Díaz, Aragón y Rivera, desconocido hasta entonces siguieron su camino.  Este fue el primer combate del General Porfirio Díaz Mori.  que desde un principo demostró valor, audacia e inteligencia para realizar sus campañas militares.  La Revolución de Ayutla finalizó el 9 de agosto de 1855, con el triunfo de los liberales. Santa Anna, intentó reprimir la insurrección a toda costa, decretó la muerte a quien apoyara la Revolución, obligó al reclutamiento y en venganza de sus derrotas incendió muchas haciendas, pero nada pudo detener la fuerza del pueblo y al fin derrotado y humillado  abandonó el país.  El General Juan N. Alvarez, quien había encabezado la revolución se convirtió en Presidente Provisional de México. Don Benito Juárez, que se encontraba exiliado en el extranjero por  un altercado que tuvo con Santa Anna, regresa a Oaxaca, es nombrado Ministro de Justicia, por el General Alvarez.

Proximo Capitulo: JEFATURA POLITICA DE IXTLAN, GUERRA DE REFORMA E IXCAPA

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