jueves, junio 22, 2017

Porfirio Diaz el heroe olvidado, Capitulo XXXVIII

SOLICITUD DE MAXIMILIANO POR CONDUCTO
DE MR. BOURNOF.
DEL 1o. AL 10 DE FEBRERO DE 1867.       

Estando en Acatlán en observación de las operaciones del enemigo, y con objeto de proteger la organización  de tropas que hacian por ordenes suyas, los Jefes antes mencionados y en espera de las tropas de Oaxaca y materiales de guerra que debían incorporarsele con el General Manuel González, condujo un día la avanzada de Acajete por cordilleras y con las precauciones usuales en esos casos, a su Cuartel General a una persona llamada Carlos Bournof, que había sido comisionada personalmente por Maximiliano de Hasburgo según credencial que presentó, con el fin de recabar la promesa del Caudillo de esta lucha, el General Porfirio Díaz de no batir al Archiduque en la marcha que proximamente se proponía hacer de México a Veracruz, protestanto que haría su travesía exclusivamente con soldados europeos y que su objeto era embarcarse con éllos en la Fragata "Novara" que lo esperaba fondeada  en Veracruz.

Mr. Bournof  le dijo al General Díaz que esto era todo lo que Maxi, le había encargado manifestarle; pero él agregó como opinión personal, que el Archiduque Maximiliano tenía un alto concepto de él  y que si pudiera contar con su cooperación, se descartaría de los conservadores que le rodeaban y de los militares de ese partido que estaban a su lado; que le daría el mando de todas sus fuerzas, y que pondría la situación del país en manos de los liberales, porque él tenía gran predilección por los principios políticos, que sentía gran respeto y consideración por el Señor Juárez, pero que vista la situación que él guardaba y teniéndolos a éllos como antagonistas no podía proceder como lo deseaba, sino como las circunstancias lo obligaban a obrar. Le pareció al General Díaz que Mr. Bournof cumplía con decirle estas palabras por orden del Emperador, sin embargo de que él cuidó de hacer entender que era cosa suya.

Detuvo toda la noche a Mr. Bournof para mandarlo al día siguiente con una respuesta digna de tan célebre personaje, se negó rotundamente y le dijo que no podía tener ninguna condescendencia de ningún género con el enemigo y que las únicas relaciones con Maximiliano consistían en batirlo o ser batido por él, para lo que tomaría desde luego sus providencias en hacerlo prisionero y someterlo a la justicia de la Nación.

En toda esa noche fue necesario hacer algunos desfiles de tropas de distintas armas por la calle donde había alojado a Mr. Bournof, acompañado de oficiales que cuidaban de que se cumpliera con la prohibición que le impuso de abrir las ventanas con objeto de que creyera que en Ocotlán había gran número de tropas acuarteladas y movimiento de entrada y salida de trenes y de fuerzas de distintas armas, cuando en realidad sólo tenía 200 y tantos caballos, pues su gran apoyo consistía en los pueblos de los Distritos  de Matamoros, Tepeji y Tepeaca, que todos eran amigos y muchos de éllos estaban armados y dispuestos a participar en algún combate que se ofreciera cerca de sus respectivos pueblos,  En esos pueblos se encontraba además, con sus armas y caballos todo el personal de su caballería, a quien acababa de conceder licencia por un mes.

Maximiliano de Hasburgo, para mi entendimiento fue desgraciadamente una victima inocente, en esta guerra, de acuerdo a la historia era un hombre de honor, con ideas liberales, deseaba el bienestar para los más necesitados como lo demuestran sus decretos expedidos recien llegado a México, fue engañado en el sentido que el pueblo mexicano lo quería como su Emperador. Por eso la determinación de Juárez para fusilarlo cuando fue vencido, me parece muy cruel y sin sentido, carente de comprensión y piedad como lo demuestran sus absurdas palabras que dirigió al ver el cadaver de este buen hombre, "lo creía más alto".

IXCAQUIXTLA, TEPEACA Y HUAMANTLA
DEL 8 DE FEBRERO AL 12 DE MARZO DE 1867.

Después de haber permanecido algunos días en Acatlán y de habersele incorporado algunas de las fuerzas que esperaba, el General Porfirio Díaz, marchó para Ixcaquixtla con objeto de acercarse a Puebla y de proteger el arribo del General Luis Pérez Figueroa que debía llegar a ese pueblo con su brigada de infantería.

En efecto casi al mismo tiempo llegaron ambos a Ixcaquixtla y algunos días después  el General  Manuel González que había salido de Oaxaca el 15 de febrero de 1867 con una brigada de infantería formada de los tres batallones de cazadores, dos baterias rayadas de montaña, media bateria de batalla y una sección de Cuerpo Médico y ambulancia que mandó el Dr. Don Francisco Hernández y una compañía de Ingenieros mandada por el Capitán Don Lorenzo López Pérez Castro.

Una vez en estas condiciones y después de haber pasado cosa de 10 días en Ixcaquixtla, emprendió su marcha a Tepeaca, donde se le incorporaron el Coronel Sánchez Gamboa con más de 300 organizados en Acatlán y Matamoros Izúcar y el Coronel Espinosa y Gorostiza con su Batallón en alta fuerza formada en Matamoros y Atlixco.

De Tepeaca el General Díaz pasó a Huamantla y allí se le unieron el General Ignacio Alatorre con las fuerzas que había organizado en Jalapa y el General Juan N. Méndez con las suyas, organizadas en la Sierra de Tetela del Estado de Puebla.

El Mejor soldado de México, que no combatió un día, ni un año, sino gran parte de su vida, defendiendo a su querida patria, que cambió el rumbo de México conduciéndolo por senderos exitosos, Don Porfirio Díaz, se ocupó inmediatamente de dar nueva forma a aquella masa de tropas, organizó dos divisiones, y encomendó el mando de la primera al General Ignacio R. Alatorre y el del segundo al General Juan N. Méndez y una Brigada de caballería cuyo mando dió al General Manuel Toro. La primera Brigada de la primera División las mandaba el General Manuel González, la segunda el General Francisco Carreón y la tercera el General Luis Pérez Figueroa.

La primera brigada se componía de los tres batallones 1o, 2o, y 3o de Cazadores de oaxaca, mandados el primer batallón por el Teniente Coronel José G. Garbó y Mayor Don Carlos Pacheco; el segundo por el Teniente Coronel Juan de la Luz Enriquez y el tercero por el Teniente Coronel Juan Higarola.

La segunda brigada se componía del Batallón ligero de Matamoros, mandado por el Coronel Juan Espinosa y Gorostiza y da las Guardias Nacionales de Veracruz y Puebla, a cargo de los Generales Juan Francisco Lucas  y Rafael Cravioto.

La tercera Brigada estaba formada del Batallón de cazadores de la montaña. mandada por el Mayor Manuel Ramírez Terrón  y otras fuerzas de Guardia Nacional de la Sierra.

La segunda División se componía de  fuerzas de la Sierra de Puebla uq había llevado el General Juan N. Méndez, acompañado de los Generales Juan Crisóstomo Bonilla, Juan Francisco Lucas y de otros Jefes.


La caballería se formaba de los Regimientos que mandaban los Coroneles Dón Cristóbal Pacheco, Anastasio Roldán, Teniente Coronel Ignacio Sánchez Gamboa y General Antonio Rodríguez Bocardo y de otros que dirigía el Teniente Coronel Marcos Bravo.  En difinitiva la fuerza del General Don Porfirio Díaz Mori, hacia un total de 4,000 hombres listos para luchar y derrotar al invasor.

Proximo capítulo: TERCER SITIO DE PUEBLA y PREPARATIVOS PARA EL ASALTO
DE PUEBLA

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