LA CARBONERA.
18 DE OCTUBRE DE 1864.
Como la incomunicación a que se había reducido el enemigo en el sitio de Oaxaca era perfecto, El General Díaz le interceptó un pliego en el que se le avisaba que una columna de 1300 hombres, en su mayor parte austriacos y franceses reenganchados, se dirigía a auxiliar la Plaza y se recomendaba a Ornoz que se sostuviera a todo trance hasta la llegada de esa columna y que protegiera su entrada.
Seguro de que los sitiados no
tenían conocimiento de la venida de ese auxilio, levantó su línea en la noche
del día 16, la reunió toda en la hacienda De Aguilera, y atravesó por encima de
los cerros, para no dejar huella por el camino nacional, emprendió la marcha
para Etla, con objeto de proteger a una pequeña columna que venía a las ordenes
del General Don Luis Pérez Figueroa a incorporársele por el camino de
Teotitlán; y como el que seguia el enemigo se reúne con el que traía la Brigada
Figueroa, en un punto cerca de La Carbonera, era muy posible que fuera batido
antes de que se le incorporara. No pasó esto así, porque el General
Figueroa llegó a San Juan del Estado a las nueve de la mañana del día 17, casi
en los momentos en que El General Díaz llegaba al mismo pueblo para proteger su
marcha.
Volvió a Etla con toda su
fuerza, incorporado ya Figueroa, y ejecutó un movimiento de retroceso con toda
la caballería hasta la Hacienda Blanca, a seis kilómetros de Oaxaca, para hacer
creer al enemigo que volvían a establecer el sitio; pero despues de media noche
salió de la Hacienda Blanca habiendo anticipado sus ordenes para que la
infantería y artillería marcharan para La Carbonera, tomando el camino de
Tenexpa y Huitzo.
Alcanzó la columna al salir de Etla
y poniéndose a su cabeza, marchó con ella a paso bastante acelerado hasta La
Carbonera, porque temía que el enemigo ocupara ese punto antes que él, en cuyo
caso lo batiría en descenso, ventaja que él quería alcanzar sobre el enemigo; y
aunque no pudo lograrla del todo, porque llegaron simultáneamente a la meseta
de La Carbonera, que es el punto más elevado de la montaña, tomó poseciones
adecuadas para batirlo en la principal eminencia donde tenía colocada su artillería
y sobre la marcha ordenó que una pequeña columna, a las ordenes de Coronel Don
José Segura y Guzmán, hombre muy conocedor del terreno, para que sin tomar
parte en el combate, se situara a la derecha del enemigo detrás de una pequeña
eminencia y con una barranca de por medio, procurando no ser visto ni sentido, estuviera listo para cortarle la retirada al enemigo cuando se le ordenara,
operación que favorecía grandemente una curva que acercaba a Segura el
camino por donde tenian que retirarse.
Formó la primera línea poniendo al
Coronel Felíx Díaz en el centro, al General Figueroa a la derecha
y al Coronel Fidencio Hernández a la
izquierda. La caballería mandada por el General Vicente Ramos,
formó la segunda línea. Aun no acababa de colocar sus tropas cuando el
enemigo destacó una intrépida cadena de tiradores franceses que avanzaron muy
cerca de su línea, sin que pudiera impedirlo, el fuego de los suyos y su
artillería. Fue necesario hacer un ataque formal con dos pequeñas columnas, y
esto ocasionó que el enemigo emprendiera un ataque decisivo sobre ellos. No
obstante que el General Díaz reforzó sus columnas con otras nuevas, fueron
obligadas a retroceder por el empuje del enemigo, bien sostenido por su
caballería que en su mayor parte era hungara.
Metió entonces al combate toda la
reserva que le quedaba, lo mismo que la caballería que había abrigado en un
torno de la carretera, y en cuanto el enemigo llegaba desordenado a su base de
operaciones, que consistía en una pequeña reserva de artillería, el General
Díaz, movió por medio de un toque combinado, al Coronel Segura quien según sus
instrucciones debía atacar al enemigo por la espalda comenzando por cortar la
carretera que era su única retirada,y su ataque vigoroso por el frente
determino la fuga de la caballería traidora y una parte de la humgara, dejando
en el campo de batalla cinco cañones y y retirandose todos los soldados en loca
carrera.
Les hicieron una persecución de más
de cuatro leguas obteniéndo otro cañón que aún les quedaba y 700 prisioneros
en los cuales había muchos oficiales austriacos de infantería.
La caballería, lo mismo la mexicana
que la hungara se escapó en su mayor parte, con exepción de 30 a 40 hombres que
por haber perdido el camino, fueron capturados en la selva por paisanos armados
y dos días despues conducidos a Oaxaca.
La fuerza al mando del General
Porfirio Díaz, se componía de cosa de 1600 aguerridos soldados que pelearon
como leones y la enemiga contaba con 1300 hombres, seis cañones rayados de 7
cm. del sistema austriaco, mientras que la artillería de los liberales
consistía en dos obuses lisos de montaña, sistema grigoval y pedrero
contrahecho.
Toda la oficialidad de infanteria
fue hecha prisionera. Entre los prisioneros había mas de 20 oficiales
austriacos.
QUINTO SITIO Y TOMA DE OAXACA
DEL 20 AL 31 DE OCTUBRE DE 1865.
El 19 volvió El General Díaz a Huitzo y el 20 a Oaxaca para restablecer el sitio.
La primera noticia que tuvo de
Oronoz de que venía a auxiliado una columna y que había sido derrotada,
fue una de las circulares que mandó el General Díaz a todos los poblados
para que le mandaran hombres y camillas para conducir a los heridos.
Oronoz se enteró naturalmente de
que había tenido lugar un reñido combate; pero dudaba de su resultado h había
ordenado al Jefe que mandaba el Fortín de la Soledad, que cuando alguna columna
de tropa se acercara a la ciudad, disparara, como aviso a la plaza, si era
amiga, tres tiros de cañón consecutivos, y si era enemiga, un solo tiro con
bala en la dirección en que se presentara la columna.
Como los jefes republicanos formaron en la primera columna a los prisioneros austriacos y estos portaban uniforme rojo, el Jefe del Fortín de la Soledad creyó que habían triunfado los austriacos, y avisó la presencia de una columna amiga, equivocación que no tardó en darse cuenta cuando cuando los vió más cerca. Los republicanos reocuparan sin que el enemigo opusiera demasiada resistencia, toda la línea que había ocupado antes, con muy poco trabajo y con tiroteos que duraron hasta la media noche, haciendo, haciendo desfilar a los prisioneros y sus respectivas escoltas por el centro de la ciudad, para reparar la moral de ésta, y alojandoles en el panteón que está ubicado en el lado oriente.
Al día siguiente el mejor soldado
de México, claro está El General Porfirio Díaz, bueno sigamos con lo que sigue,
siguió extrechando el sitio, y cuando se preparaba a asaltar el Fortín de
la Soledad, como operación preliminar, y asaltar en seguida la Ciudad, el
enemigo tocó parlamento. y le propuso la entrega de la Plaza mediante algunas
condiciones, a lo que el General Porfirio Díaz contestó que sólo aceptaría su
rendición incondicionalmente. Así se la ofreció por medio de un
parlamentario y nombró en comisión para el arreglo de los detalles de capitulación
al General Figueroa y a los Coroneles Manuel González y Feliz Díaz. El enemigo
se rendió a discreción el 31 de octubre. Entonces Incluyó toda la tropa de
Oronoz en sus batallones y estableció prisiones convenientes para los Jefes y
Oficiales.
Al ocupar la Plaz de Oaxaca, el
ilustre General Díaz, dió el cargo de General, usando la autorización que le
había concedido el Gobierno Federal y por necesitar de Jefes de esta
Graduación, a los Coroneles Manuel González y Faustino Vázquez Aldana, no habiéndo
hecho lo mismo con el Coronel Díaz, por ser su hermano, sin embargo de que se
lo suplicaron los Coroneles ascendidos; pero habien este hecho llegado a oidos
del Gobierno Federal, le mandó de San Luis el despacho de General Graduado para
su hermano, que si lo merecia pues luchó con entusiasmo y valor en muchas
batallas acompañando a su famoso hermano.
El General Díaz, permaneció en la Ciudad de Oaxaca ocupado preferentemente en organizar sus fuerzas hasta el 12 de diciembre de 1866, en que salió para Tehuantepec, pero dejemos que sea el mismo quien nos cuente el motivo de su visita a esta población.
"Habiéndo tenido ocasión de
notar en el curso de la campaña, el estado de atraso que guardaba en el
país la educación de la mujer, lo cual la hacía egoísta, y la grande influencia
que élla naturalmente ejercía sobre el hombre, pues en muchas ocasiones era
bastante para entibiar el entusiasmo de mis soldados y hacerlos desistir de su
propósito de pelear por la Independencia de su Patria, me pareció que tenía el
deber de promover su educación, y con este objeto, al ocupar a Oaxaca, después
de la rendición de Oronoz, y sin embargo de la grande escacez de recursos con
los que luchaba y de la necesidad de aplicarlos de toda preferencia los muy
pocos de que podía disponer a la organización del ejército con que intentaba
hacer mi campaña contra Puebla y México, Establecí el 2 de diciembre de
1866, una Academia de educación secundaria para niñas, que fue la primera que
se organizó en los Estados, y tuve la satisfacción de instalarla el 15 de enero
de 1867 y he tenido el de verla después prosperar y producir muy buenos
resultados, pues ella ha mejorado grandemente la condición moral e intelectual
de la mujer en Oaxaca."
Proximo capitulo: LA CHITOVA y TEQUISIXTLAN