viernes, marzo 10, 2017

Porfirio Diaz el heroe olvidado, Capitulo XXX

PUTLA
INCORPORACION DE VISOSO
14 DE ABRIL DE 1866.

El General Díaz permaneció dos o tres días en Jamiltepec para poder medianamente atender a sus heridos, arbitrar algunos recursos y salir rumbo a Oaxaca sobre las huellas de Ortega; pero habiendo tenido noticias de que en Putla había un destacamento de alguna importancia, se dirigió a esa población  a campo traviesa sobre la montaña, hasta llegar al valle de Putla.


Por los primeros aldeanos que encontró en el valle, supo que el destacamento había marchado el día anterior a las órdenes de un español apellidado Ceballos, Mayor de Caballería.  Esta noticia lo animó a redoblar el paso con su Estado Mayor para ganar algún tiempo, a efecto de proporcionar viveres a la tropa  con algunas horas de anticipación.

El General Porfirio había agregado a su Estado Mayor todos los Jefes y Oficiales incorporados, a quienes no podía todavía colocar en las filas, en consecuencia, formaban un grupo de más de 30 hombres. En esas condiciones se encontraba el Capitán Carlos Pacheco, que fue despues General de División y Secretario de Fomento, el Mayor Juán de la Luz Enriquez que llegó a General de Brigada y a Gobernador del Estado de Veracruz, el Coronel Juán José María Pérez y Milicua, el Teniente Coronel Guillermo Palomino y otros muchos.

Al tocar la población de Putla en concepto de que estaba desocupada, El General Díaz vió por alguna de las calles atravesar rápidamente a un hombre con banderola roja, y le pareció que sería alguien rezagado del enemigo que permanecía alli con la intención de robar.  Entonces dividió a su Estado Mayor en fracciones, para entrar a la población por dos calles paralelas, con objeto de sorprender al que el suponía disperso, y al llegar a la plaza se encontró con el destacamente de Ceballos que, sorprendido  por su entrada rápida y simultánea, emprendió un combate inesperado, cuyo tiroteo hizo al General Franciso  Leyva que mandaba la caballería y que venía más cerca de la infantería.

Como algunos de los enemigos abandonaron la plaza en el primer choque, y el camino para Tlaxiaco, que era el que éllos se proponían seguir, comienza en ascenso desde el momento en que se sale de Putla, tuvieron la ocasión de ver la caballería de los mexicanos que se acercaba a escape y eso más bien que la presencia de los oficiales, los obligó a abandonar la población, no sin considerables pérdidas para éllos.

Habiendole avisado el General Juán Alvarez que el Estado de Guerrero, era amagado otra vez por el rumbo de Tlapa, El General Díaz volvió a dicha población y despues de algunos días, se le presentó un comisionado de Visoso, quien había sido derrotado por segunda vez y procesado por el Gobierno Imperial, ofreciéndole sus servicios, lo cual aceptó con la condición de que no viniera sólo, sino con alguna fuerza y practicando algunas operaciones que le dieran garantía de su buena fé.

Pocos días despues, Visoso salió furtivamente de Puebla, cuya ciudad tenía por prisión, y se dirigió en la noche a Chiautla, en cuya guarnición tenia simpatías.  En la misma noche previo acuerdo con la gente que formaba la guarnición de Chiautla, se sublevó ésta con Visoso, matando al Jefe Político y Comandante Militar de ese punto.

Visoso mandó a poner del conocimiento del General Díaz, ese suceso y él protegió su incorporación con una marcha hasta el pueblo de Chila de la Sal, trayendo Visoso cerca de 200 hombres y un obús de montaña.

PLATICAS CON EL GENERAL TRUJEQUE.

DEL 1o. AL 8 DE MAYO DE 1866.

Despues de que se incorporó Visoso, el General Díaz regresó otra vez a Tlapa y considerándo que su fuerza era muy pesada para vivir sobre aquellos pueblos que eran sus amigos, y sintiéndose por otra parte capáz de emprender operaciones en el Estado de Puebla promovió un pronunciamiento entre los vecinos de San Juán Itscaquixtla.  Mientras se preparaba ese movimiento, el General Trujeque que se encontraba  al servicio del enemigo acuartelado en el rancho Tacache, punto estratégico para observarlo a él y a los pueblos Itscaquixtla y Silacayoapan, pueblos muy sospechosos para los franceses, le mandó en comisión al Capitán Don Enrique Travesí, que era ayudante suyo y hermano de Don Manuel Travesi, Secretario Particular de Don Porfirio, ofreciéndole ponerse al servicio del Gobierno con toda su fuerza, y le daba como garantía, la vida de Don Enrique Travesí que quedaría como rehen con los suyos mientras, él pasaba a tener una conferencía con Trujeque en el rancho Tacache.


Como la situación comenzaba a declinar para los imperialistas y ésto era del conocimiento del General Díaz y conociéndo el carácter de Trujeque, no le pareció cierto su buena disposición, no obstante salió para Tacache, acompañado solo de un ayudante.

Al salir de Xochihuehuetlán donde estaba su cuartel general, quedaron muy alarmados todos sus subordinados de que emprendiera esa marcha sin ninguna escolta que le diera seguridad, y convinieron en seguirlo a cierta distancia para  que no los viera, el Teniente Coronel Marcos Bravo con 100 caballos de lo mejor que tenía. El General Díaz pasó la avanzada que tenía el General Trujeque sin novedad, porque no lo conocieron o porque tenían instrucciones al efecto.  La avanzada era un puesto nada más de vigilancia de cinco hombres desmontados.

Al llegar al Rancho de Tacache y en los momentos de desmontar junto a la puerta del jacal donde se alojaba Trujeque, hicieron fuego de otro que había al lado opuesto de la pequeña plaza, sobre él y su ayudante, hiriendo al caballo de éste, salieron a todo escape por donde habían entrado, forzando y evadiendo en cuanto lo permitía el terreno que era muy estrecho y seguido por gente a caballo a tan corta distancia que no pasaría de 500 metros.

Cuando corrían de ese modo por las colinas, vió fuerza de caballería que al parecer salía a cortarles la retirada.  A poco reconoció que esa fuerza pertenecía a los suyos y entonces se incorporó a ella y retrocedió la de Trujeque, al rancho de Tacache.


Acto seguido le escribió Trujeque explicandole que todo lo que había sucedido fue porque lo reconoció algún oficial de los que no estaban de acuerdo con él, quedando en duda su palabra, aunque pensaron que si hubiera sido un plan preconcebido, desde el momento de poner un pie en tierra los hubieran matado o detenido.

Proximo capitulo: CHAUTLA-TLAXIACO y OPERACIONES MILITARES DEL 1o. DE JULIO AL 31 DE AGOSTO DE 1866.

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