Chiapas nació en mí: con el beso primario en que mi madre marcó el punto inicial del sentimiento. Chiapas creció en mí: con los primeros cuentos de mi abuelo, en la voz de mi primer amigo, y en la leyenda de mi primera novia. Desde entonces, Chiapas es en mi sangre Beso, voz y leyenda. |
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