SITIO DE PUEBLA
MANZANA SANCHEZ ROMAN,
SANTA INES
DEL 19 AL 25 DE ABRIL DE 1863.
En la tarde del 19 de abril el General Díaz se hallaba de visita
en la manzana que mandaba el Coronel Sánchez Román, contigua a su línea, fué
aquella atacada vigorosamente procediéndo al asalto un cañoneo en brecha que
descubrió una zahuarda que la limitaba con la calle. La trinchera de esa
manzana estaba trazada en curva y defendía todo el lado que ve al occidente y
la mitad del que ve al sur, y se había destruído toda la construcción interior
que quedaba fuera del glamís, para dar campo de tiro a la trinchera, quedando
solamente como cortina o máscara de la fortificación las tapias y algunos
cuantos exteriores que daban a la calle. Cuando la brecha estuvo abierta se le
ocurrió al General Díaz que un pelotón de rifleros armados de revolveres
ocultos en aquella zahuarda que era de las pocas piezas que quedaron en pie
podría contener el asalto, puesto que solo por esa brecha podía venir el
enemigo y fue personalmente a ver que podía hacerse, pasando el foso por una
viga a establecer el destacamento, a la sazón que los franceses habían
penetrado por la extremidad de la misma calle sin abrir brecha y habiéndo
forzado una puerta por medio de un petardo. Cuando regresó de colocar el
destacamento, los suavos estaban ya dentro de las trincheras, ya habían hecho
prisioneros al destacamento que él había colocado en la brecha, menos
a dos o tres soldados, que como él pudieron escalar las azoteas y caer en
otras casas que aun estaban ocupadas por fuerzas mexicanas y al salir de allí a
la calle donde hicieron una suprema defensa que impidió el paso al enemigo más
allá de la manzana ocupada por Sánchez Román, a la que llamaban la manzana
del Mesón de la Reja. El General Díaz tuvo la desgracia de presenciar y hasta
de ser autor de la pérdida de esa manzana, sin que las tropas que la defendían
estuvieran a sus ordenes, solamente por el afán de ayudar cuando fue atacada
dicha manzana, pero en esta ocasión las cosas no le salieron bien.
Vino despues el 25 de abril de 1863, el ataque al fuerte de Santa
Inés que mantuvo el General Don Miguel Anza y fue de los más reñidos y destacados,
y en el cual fue rechazado el enemigo dejando más de 100 muertos en los
parapetos y dentro de las obras de defensa y muchos prisioneros, entre los
cuales había varios oficiles, lo mismo entre los muertos. Durante el
ataque a Santa Inés, los fuegos, tanto de la trinchera de Díaz que estaba en la
calle con frente para donde debían pasar las columnas de los asaltantes, como
los de los balcones de ambas aceras de la calle de San Agustín, pese a ser
eficaces no le parecieron suficientes y en los momentos en que el ataque era
más violento, sacó por una de las puertas que daban a las azoteas de los
cuartos bajos de la huerta, unos pelotones de infantes que llegaron hasta la
esquina bajo los disparos que les hacía el enemigo y sus pelotones compuestos
por sargentos y cabos de los balcones de enfrente hacían sus fuegos muy
certeros sobre las columnas de asalto, cooperando así, casi decisivamente a
cortar la columna y que los asaltantes que habían penetrado al Convento de
Santa Inés no fueran apoyados por el resto de la columna, que se vió obligada a
retroceder. En este ataque se distinguió el Capitán Timoteo Rincón, que
desgraciadamente sucumbió en el como otros muchos valientes.
Al día siguiente el General González Ortega, dió algunos ascensos
a los oficiales que habían tomado parte en ese combate, al General Díaz se le
otorgó el de General Efectivo de Brigada.
BATALLA DE SAN LORENZO
8 DE MAYO DE 1863.
En la noche del 7 de mayo
de 1863, al hacer su vigilancia el General Díaz de la línea del enemigo desde las
alturas de San Agustín, notó algún movimiento en sus tropas que le hizo
sospechar que volvería a ser atacado en esa misma noche. Observando
cuanto le era posible a interválos de los fuegos de artillería que el enemigo
hacia desde sus baterías de San Javier, probablemente para que sus movimientos
no fueran advertidos, comprendió que se trataba o de un relevo de las tropas
que cubrian la línea o de organizar columnas para un asalto, pues el ruido de
armas, rumores de voces y toces que se repiten tanto cuando se mueve la tropa a
altas horas de la noche. Dió aviso al Cuartel General y a los Jefes de
las lineas vecinas, puso a su tropa en actitud de resistir un ataque.
Momentos despues se escuchó la marcha de una columna que salía de detrás
del edificio de San Javier y se dirigía a los campos del ejército del centro
que había sido organizado desde el 30 de octubre de 1862 a las órdenes del
General Comonfort, con objeto de auxiliar a Puebla. Puso este hecho en
conocimiento del Cuartel General, quien mandó oficiales para verificar las
noticias, que coincidieron con las observaciones hechas por el General Díaz,
sin embargo no se hizo nada para ayudar al ejército del centro.
Al día siguiente 8 de mayo el General Díaz dió algunos ataques de
iniciativa sobre la línea del enemigo que estaba frente a la suya, sin ningún
resultado importante; pero pudo averiguar que estaba cubierta por tropas de
línea que en la noche habían llegado a relevar a los batallones de zuavos que
antes la cubrian.
El 9 de mayo, un emisario del General Forey con bandera blanca y
tomando toda clase de precauciones se presentó en el Cuartel General de las fuerzas nacionales, para comunicar por medio de un pliego que había alcanzado la victoria
sobre el ejército del centro que le permitía ofrecer al General Ortega el canje
de todos los prisioneros franceses sanos y heridos, por un múmero equivalente
de los prisioneros mexicanos que había hecho el día anterior, y se realizó el
canje quedando despues de esto terminado así el armisticio.
Proximo capitulo: RENDICION DE PUEBLA y PRIMERA EVASION DE PUEBLA
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