SITIO DE MEXICO,
OCUPACION DE QUERETARO,
PLATICAS CON EL PADRE FISHER Y
LA PRINCESA DE SALM SALM,
DEL 18 DE ABRIL AL 31 DE MAYO DE 1867.
Cuando el General Escobedo
tomo a Queretaro el 15 de mayo de 1867, se lo comunicó al General Diaz por
telegrafo y éste a su vez hizo llegar la noticia a la plaza de México;
pero Márquez se empeñó en desmentir en el interior de la plaza, asegurando que
Maximiliano había triunfado y que estaba en marcha con su fuerza victoriosa
para proteger a la capital Ni la circunstancia de que se le pedía permiso
a él para que salieran de la plaza sitiada los defensores nombrados por el
Archiduque, fue suficiente para que el enemigo reconociera la veracidad de la
noticia.
Cuando Maximiliano nombró a Don Mariano Riva Palacio y a Don
Rafael Martínez de la Torre, en la causa que se le seguía, se le solicitó al
General Díaz el permiso necesario para que salieran de la plaza sitiada y
pudieran dirigirse a Queretaro en donde tenía lugar el juicio del Archiduque.
Los acompañó el Barón de Lago, encargado de Negocios de Austria y en esa
ocasión conversó con el Héroe Republicano y le hizo patente lo que antes le
dijera el Principe Khevenhiiller, esto es, lo que los soldados austriacos que
estaban en la plaza de México, creían, que una vez capturado Maximiliano había
cesado su misión y que para no agravar la situación de su soberano, tenían el
propósito de no tomar parte en ninguna de las operaciones militares que
tuvieran lugar en México. Se limitó a oir la manifestación del Barón de
Lago sin darle respuesta mucho menos hacer ninguna promesa.
Aun antes de la ocupación de Queretaro y captura del Archiduque,
se le habian acercado algunos agentes suyos con varias proposiciones más o
menos autorizadas y desde el 18 de abril de 1867, y cuando todavía no estaba
perfecta ni estrecha la línea, salió el padre Fisher, Secretario Particular y
confesor de Maximiliano, a quien recibió en la Hacienda de los Morales, pues en
ese momento estaba en camino de Tacubaya para Guadalupe. El padre fisher
le propuso la abdicación de Maximiliano a condición de que se le permitiera
salir del país, sin exigir responsabilidad por todos los hechos ocurridos
durante el período que el llamaba de su gobierno. Mandó regresar al padre
Fisher para el centro de la plaza, sin tomar en cuenta sus proposiciones y le
contestó sencillamente que no tenía facultades para entrar en esos arreglos e
hizo del conocimiento al Gobierno Federal.
Algunos días despues salió la Princesa Salm Salm, una señora de
los Estados Unidos, casada con un oficial austriaco que estaba en Queretaro al
servicio de Maximiliano, con pretensión análoga a la del padre Fisher, aunque
se manifestó menos exigente y agregaba que los oficiales extranjeros que
estaban directamente a las órdenes del Archiduque, se pondrían desde luego
fuera de acción militar, su respuesta fue la misma y ordenó a la Princesa que
volviera a la plaza y protegió su entrada hasta donde era posible.
Después, cuando ya se admitió en la plaza el hecho de la pérdida
de Queretaro y prisión de Maximiliano, volvió a salir la Princesa Salm Salm con
objeto de ir a Queretaro a ofrecer sus servicios a su marido y al Archiduque.
El General Díaz hombre de honor no tuvo ningún inconveniente y le facilitó su
viaje lo mismo que a los Ministros extranjeros y defensores de Maximiliano que
salieron con el mismo objeto.
SITIO DE MEXICO
SALIDA DE MARQUEZ POR LA PIEDAD
9 DE JUNIO DE 1867.
El enemigo intentó hacer algunas
salidas durante el sitio, la principal fue la que encabezó Márquez, por la
Piedad, en los últimos días, y probablemente con objeto de abandonar la plaza y
salvar la fuerza que le quedaba, que era todavía cosa de 12,000 hombres.
En todos sus conatos de salida, fue rechazado por los nuestros con
grandes pérdidas y consiguiente desmoralización para éllos.
Estando el Héroe Olvidado una mañana en la oficina del
Cuartel General, en Tacubaya, el día 9 de junio, comenzó un fuego de cañón casi
general en la línea del enemigo y de fusilería muy nutrido en los puntos
fortificados que el enemigo tenía en la Piedad e inmediatos, lo mismo que en
los puentes de Los Cuartos, con nuestra línea que hacía frente a la Piedad y
puntos anexos. Salió inmediatamente con su Estado Mayor y su Escolta hacía el
puente de Los Cuartos y encontró cerca de La Condesa al Coronel Venancio Leyva
que sobre la marcha le dió parte de haber sido forzado dicho puente y
destrozado su batallón. Esto pasaba cerca del campamento que tenía el
Coronel Terán con los batallones 1o. 2o. y 3o. de Cazadores de Oaxaca.
Que estaban a sus órdenes. El General Díaz tomó inmediatamente el
1o., que hizo marchar a gran trote hacía el Puente de Los Cuartos, que estaba
ya casi en poder del enemigo, pero haciendo todavía una suprema defensa con una
parte del Batallón que Leyva suponía destrozado, el Teniente Coronel Jaramillo
del mismo Batallón, por una parte, y por el otro el Mayor del mismo cuerpo
Manuel María de Zamacona, defensa que vigorizaron notablemente
al ver que se aproximaba con el primer batallón, maniobrando ya sobre el
enemigo.
Entre tanto había dejado órdenes al Coronel Terán para que
siguiera su marcha en columnas, con los batallones 2o. y 3o., y a buen paso
para que no llegaran fatigados al lugar del combate. Había mandado
órdenes también al Coronel Francisco Naranjo que estaba acampado con su
división de caballería, en la Hacienda de los Morales y al Coronel Felix Díaz
que estaba con la suya en Coyoacán, para que concurrieran con sus respectivas
fuerzas al lugar del combate. Pocos momentos despues mandó hacer alto al
Coronel Terán con los dos batallones de Cazadores antes de descubrirlos a la
vista de la artillería enemiga, y al Coronel Loera, que por ausencia del
Coronel Naranjo conducía la División de caballería hacía el puente de Los
Cuartos, le mandó hacer alto entre la Condesa y Chapultepec, de igual forma le
indicó al Coronel Díaz hacer alto con su división, que formó en los llanos de
Nalvarte, puesto que recobrada por el primer batallón de Cazadores de Oaxaca la
línea que había ocupado con su batallón el Coronel Venancio Leyva, la
artillería con que dicha línea estaba dotada, funcionaba ya activamente sobre
las columnas de Marquez, que regresaban a la plaza con grandes dificultades,
por que como para salir sólo habían tendido un puente sobre la zanja cuadrado,
su retirada por el mismo les consumió mucho tiempo y les hizo perder muchos
hombres y caballos.
El terreno que había entre el puente de Los Cuartos y La Piedad,
quedó cubierto con muchos muertos y heridos, pretendió recoger a los segundos;
pero al salir sus ambulancias con sus respectivas banderas a ejecutar sus
órdenes, las trincheras de la plaza les hicieron fuego e hirieron y mataron
algunos ambulantes, por lo cual ya no insistió en esa operación, pues se
trataba de heridos del enemigo que ni recogía ni dejaba recoger. Los heridos
permanecieron en el más completo abandono por varios días hasta que murieron,
por haber quedado a la intemperie y por falta de asistencia médica y medicinas.
Proximo capitulo: ULTIMOS DIAS DEL SITIO DE MEXICO y RENDICION DE LAS FUERZAS AUSTRO-HUNGARAS
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